210 grs. (1 barra) de Queso Philadelphia®, a temperatura ambiente
1 tarro de leche condensada
1 sobre (7 grs.) de Gelatina sin sabor
400 grs. de arándanos congelados
200 grs. de arándanos frescos
¾ taza de azúcar
Para la base
2 paquetes de Galletas de Mantequilla
¾ taza de mantequilla derretida
PREPARACIÓN
MOLER las galletas y mezclarlas con la mantequilla derretida.
COLOCAR la mezcla anterior en un molde redondo desmontable y presionar hasta cubrir todo el fondo del molde. Reservar.
BATIR, con la batidora eléctrica, el Queso Philadelphia® junto con la leche condensada hasta integrar.
HIDRATAR la gelatina sin sabor en ¼ taza de agua fría. Revolver y calentar en el microondas por 1 minuto o hasta que empiece a hervir.
PRENDER la batidora eléctrica nuevamente y verter de a poco la gelatina sin sabor a la mezcla de Philadelphia. Seguir batiendo hasta que se integren bien los ingredientes.
VERTER la mezcla en el molde con la base de galletas molidas.
REFRIGERAR de un día para otro o hasta que cuaje. Mientras tanto, preparar la salsa:
DESCONGELAR los arándanos congelados y licuarlos hasta molerlos por completo.
TRASPASAR los arándanos molidos a un colador sobre un bowl y presionar fuertemente los arándanos con una cuchara de manera que todo el hollejo quede en el colador. Desechar el hollejo y verter los arándanos molidos y colados a una olla pequeña junto con el azúcar.
LLEVAR la olla al fuego y dejar que hierva a fuego medio, unos 15 minutos o hasta que tenga consistencia de almíbar liviano. Revolver de vez en cuando cuidando que no se pegue a la olla. Una vez lista la salsa, traspasar a un bowl y dejar enfriar. Refrigerar por 3 horas o de un día para otro.
DESMOLDAR la tarta y esparcir por encima la salsa de arándanos.
DECORAR con los arándanos frescos y espolvorear con azúcar flor si se quiere.
SERVIR frío como postre, para la hora del té o para cuando se quiera.